lunes, 30 de junio de 2014

Durmiendo hipopótamos


La técnica de disparar dardos con tranquilizantes a los animales ha sido aplicada, por años, en varias regiones del mundo, pero no ha sido hasta ahora que en Cuba se ha utilizado con éxito en el caso específico de los hipopótamos (Hippopotamus amphibius).

El médico veterinario Hiram Fernández (derecha), prepara junto a un técnico la dosis para la sedación. 

En días recientes, los pedidos de nuevos ejemplares de la especie por algunos centros provinciales, sumado a las complicaciones de territorialidad dentro de esa población en la Pradera africana ubicada en el Parque Zoológico Nacional de Boyeros, posibilitaron la aplicación de la referida técnica.


En la Pradera africana muchas de las especies se resguardan bajo los árboles huyendo del sol caribeño. Solo cebras, búfalos y jirafas vagan indiferentes.


El ejemplar seleccionado para emprender viaje rumbo al Zoológico de Santiago de Cuba ha sido separado del resto en un cuadrante cercado, mas junto a él permaneció una hembra adulta y su cría de pocos días de nacida. El proceso comienza a complicarse para los especialistas, necesitan dejar solo al juvenil y de esa forma evitar la agresividad de la madre que intenta proteger al “bebé” de los intrusos.



Uno de los técnicos veterinarios dispara el dardo con el sedante (compuesto por tres tipos de anestésicos y tranquilizantes) que impacta en el cuello. Comienza la carrera contra el tiempo, pues pocos minutos después, cuando el medicamento haga efecto el animal caerá dormido.
 
El personal de apoyo logra espantar a la hembra y su cría.
 
Pero surge un  inconveniente. El sedante derribó al “hipo” en el sitio más húmedo y apartado, hasta allí no podrán llegar los vehículos. Se buscan soluciones urgentes, mientras biólogos, veterinarios y técnicos se arremolinan en torno al animal para prepararle.
 





Mediante exámenes de hematología y bioquímica analizaremos su estado de salud, comenta la bióloga Yamilet Rodríguez Carrillo. “Ahora le cubrimos la vista con un saco para evitar que le entren impurezas y la resecación de los ojos”.


 
 
 
 
 
 
Un vistazo a las numerosas cicatrices y heridas en la piel es suficiente para determinar el rigor de la vida de un macho desplazado en la manada de hipopótamos del Zoológico Nacional.  
 
Allí, en condiciones de semilibertad, el proceso de selección natural se muestra con igual severidad que en vida libre, explica el médico veterinario Hiram Fernández Castellanos, al frente de la operación. “La ley la dictan la hembra dominante y el macho alfa de la manada (compuesta por alrededor de 14 animales, entre crías, juveniles y adultos de ambos sexos) y es este el único con derecho a montar todas las hembras. Luego del parto, las madres intentan colocar a sus crías en el grupo, algo que puede resultar fatal si la hembra o el macho dominante ven en ello un peligro para su liderazgo. Muchas veces los “bebés” terminan muriendo ante el ataque de la supremacía”.
 
 
 
 
Hidratan al animal, curan algunas de sus heridas y comienzan a colocarle, por debajo, extensas tiras de sacos de yute, para “envolverle” y protegerle en la maniobra de colocación en el guacal.
 







  La humedad e irregularidad del terreno impiden que los vehículos se acerquen lo suficiente. Entre ellos y el animal queda una distancia incómoda. Para que el mismo  no resulte lesionado durante el manejo los especialistas ponen especial énfasis en el cuidado de la colocación de las sogas y los nudos cerrados con las tiras de saco.





El ejemplar dormido es transportado por el aire hasta el guacal. Despacio y de manera cuidadosa, como quien no quiere despertar el conocido “mal carácter” de los hipopótamos, el personal de apoyo lo acuesta en la estrecha estructura.

 Ahora comenzará el proceso para despertarle con un medicamento que anulará el efecto de sedación, dice la bióloga Yamilet Rodríguez. “Los pinchazos de los antagonistas (como se le denomina al fármaco) deben realizarse debajo de la lengua”.




















  
Superada esta fase levantan el recinto metálico hasta colocarlo provisionalmente en una carreta, para luego llevarlo hasta el camión que viajará a Santiago.

viernes, 13 de junio de 2014

Gesto voluntario que salva vidas


El 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. La fecha, instituida por la Organización de Naciones Unidas, pretende crear una cultura mundial acerca de la donación voluntaria de sangre.

La campaña que este año promueve la Organización Mundial de la Salud está dedicada a la maternidad bajo el lema “Dona sangre para las que dan vida. Sangre segura para una maternidad segura”.

Según datos de la OMS, 800 mujeres mueren cada día durante el embarazo o el parto, en su mayoría por sangrado severo, una de las principales causas de mortalidad, morbilidad y discapacidad a largo plazo en este grupo. La mayoría de esas muertes suceden en el África subsahariana, seguido por Asia meridional.

En Cuba, la donación voluntaria de sangre garantiza que todo el que requiera una transfusión de cualquier hemoderivado la reciba oportunamente y de forma segura.

El Día Mundial del Donante de Sangre conmemora el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos. Se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 1930.